Pragmáticamente punteros

Creo que fue en 2003 cuando se me ocurrió ir tras Unión Española hasta Talcahuano, para un partido contra Huachipato por los play offs de uno de esos campeonatos en que los rojos perdieron la corona (o la opción a la corona) frente a Cobreloa. Eran otros tiempos, sin tanto agobio laboral, con menos compromisos familiares y con la espalda mucho menos averiada. Así que llegué hasta Talcahuano de madrugada y me pareció un pueblo tan sin vida que terminé huyendo rápidamente hasta Concepción, conociendo y dando vueltas hasta que fue la hora de irse a la cancha.

En esa época era el viejo estadio Las Higueras, pero desde esa vez hasta ahora debo confesar que los partidos entre acereros e hispanos que se juegan allá en el sur tienen un condimento especial. No sé por qué ocurre, pero es cierto que las cosas que suceden en lugares donde uno ha estado alguna vez tienen un “gusto” especial, un sabor que lo hace parecer más propio. ¿No les ha pasado? A partir del momento en que uno ha puesto un pie en una ciudad, las noticias, los sucesos y hasta el pronóstico del clima de ese lugar nos parecen menos ajenos, menos lejanos. Así que, aunque no fui este fin de semana a Talcahuano (a ver ese estadio precioso que ha reemplazado a Las Higueras), escuchar el relato radial (ahora en ADN Radio) fue como escuchar noticias de un viejo terruño conocido, como estar un poco ahí, otra vez. Y para mi regocijo, con otro triunfo que nos pone en el tope de la tabla, como bien declaraba Fabián Aguirre (Zepellin) al cierre de su nota publicada en el blog del Quijote.

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Así no más, el camino del pragmatismo es el que nos ha puesto esta vez en la punta e invictos. ¿Somos el equipo sensación? No, pero somos líderes. ¿Somos los más goleadores? No, pero debemos ser de los menos goleados y seguimos invictos. Esa es la filosofía del pragmatismo, mi nueva profesión de fe. Y hasta ahora vamos bien, porque estamos pragmáticamente punteros.
Vamos bien, además, porque Ligüera se toma el mando del equipo y comienza a dar buenos frutos. Vamos bien, porque Medina ya debutó en las redes y se convierte en el ariete que se espera de él. Vamos bien, porque la defensa se afirma cada día más y en el mediocampo no sólo hay mayor afiatamiento, sino que también buenas opciones de recambio. En fin, vamos bien porque el equipo va de menos a más, aceitándose, afinándose, ajustándose, afirmándose. Porque si en algo se parece este pragmatismo 2010 de Unión Española a cualquier otra filosofía de juego es que el equipo tiene que "funcionar", que los jugadores tienen que "rendir", que los resultados tienen que llegar. Y hasta ahora todo opera bien.