Los primeros tres puntos vs. el futuro

La cuenta regresiva para el inicio del campeonato me tenía loco, así que cuando ayer sonó el pitazo en Viña del Mar, al menos por un instante, sentí un alivio. Digo 'por un instante', porque parece que la ansiedad tampoco se crea ni se destruye, sino que sólo se transforma. Así, pasé de los nervios por el debut que no llegaba nunca a los nervios por el resultado de los 90 minutos y por el futuro en el torneo, con todas las vicisitudes que ello implica.
La primera prueba para los nervios salió bien, en todo caso. Nos trajimos el triunfo desde el Sausalito, aunque apretado y algo apurado al final. Y quizás por esto último es que la mirada de lo que puede ser y hacer Unión en el torneo completo es lo que me comenzó a carcomer la mente desde que se acabó el duelo en la Quinta Región.
Debo decir que del partido no tengo más que las impresiones que pueden quedar del relato y los comentarios radiales (ESPN - Bío Bío, ya que Cooperativa optó por el festival de Olmué). Y me parece que lo mostrado por Unión frente a Everton se asemeja bastante a lo que pudimos ver en la Noche Hispana. Al menos el esquema en la cancha (que muta del 3-5-2 o 3-4-3 cuando tenemos la pelota a un 4-4-2 o incluso 5-3-2 cuando no la tenemos) pareció repetirse y con mejor resultado que frente a Deportivo Quito. También parece que se volvió a notar la falta de un referente de área (lo que sin Canales se transforma en un problema a resolver con la traída de algún refuerzo); y me huele también que la actuación de Ligüera volvió a ser más de insinuaciones que de realidades.
Para los que recuerden con nostalgia el inicio de la temporada 2009, creo que en este Apertura Unión no tendrá el vuelo lírico que alcanzó en el primer semestre del año pasado: lo ha cambiado por un trabajo quizás más complejo, pero menos vistoso, que probablemente deleite a los estrategos, pero que puede llegar a impacientar a más de algún forofo como los que abundan en Santa Laura. Por ahora, como bien dice la filosofía de Israel, el equipo se arma desde atrás y parece funcionar mucho mejor que el año pasado en esa zona; las dudas persisten adelante.
Y, ahora sí, aunque puede que la partida de Canales obligue a la traída de un nuevo refuerzo, creo que es adecuado comentar que, al menos en el papel, me parece que Unión hizo un buen trabajo con las incorporaciones de mitad de cancha hacia atrás, pero que me quedan grandes dudas de que nos hayamos reforzado bien en el ataque. Lo digo sin dramas, sin aspavientos ni ánimo de polémica. Lo pongo sobre la mesa como un dato que habrá que tener en cuenta a la hora de ilusionarse o desilusionarse con la campaña, como una línea de base para las evaluaciones.
No tengo dudas de que con el correr del campeonato el esquema rojo se irá aceitando y que el paso de lo defensivo al ataque se irá haciendo más fluido y preciso. Creo, además, que la aparición de Espinoza en la zaga terminará de afianzar esa línea; que la recuperación de Leal y la puesta a punto de Ligüera debieran dar otro rostro al mediocampo creativo; pero no tengo aún un nombre que me permita imaginar una fisonomía distinta en el ataque hispano. Quizás no haga falta, quizás con los hombres que están se puede explotar bien lo que el resto del equipo sea capaz de crear. Quizás.
Con todo, la pregunta sigue siendo ¿hasta dónde podrá llegar Unión en este torneo?