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domingo, 5 de julio de 2009

¡Vamos, Unión!

Si alguien pensó que iba a ser una primera final fácil, estaba equivocado. Se entiende ahora por qué tanto interés en asistir al partido en Santa Laura, ¿cierto? Claro, esa será la verdadera final.
El del sábado en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos fue un buen aperitivo: tenso, duro, luchado, apretado. Qué menos se podía esperar. Al fin y al cabo, son los dos mejores equipos del torneo regular los que se enfrentan y eso se nota en la cancha.
Pero la verdad se vive el martes, desde las 19 horas, en Santa Laura, y no creo que valga la pena siquiera sacar demasiadas cuentas o suponer ventajas para nadie. Lo que sí confieso es que no me he sacado la camiseta roja en todo el fin de semana y que el martes yo y mi parka amarilla cabalera estaremos desde temprano en el fortín.

¿David contra Goliat?
Me niego a pintar el duelo entre Unión y la U con la metáfora de la batalla entre David y Goliat. Me niego, porque la única razón que explica una comparación como esa es el hecho (verdadero, por cierto) de que los hinchas azules sean muchos más que los rojos, pero como quedó muy claro el sábado, lo que ocurre en una cancha de fútbol no tiene nada que ver con eso.
Para quienes se toman estas cosas como una guerra medieval, claro, debe ser importante quién vocifera más fuerte, quién levanta más polvo, pero como esto no es una guerra ni mucho menos, da realmente lo mismo. Y aunque es cierto que el aliento desde las gradas puede levantar los ánimos y dar empujoncitos a los jugadores propios, también ocurre no pocas veces que el rugido de las hinchadas puede tener el mismo o mayor efecto en los rivales. ¿O no muchachos?
Por eso, yo espero ver el martes un Santa Laura teñido de rojo no porque crea que debemos demostrarle algo a los azules o porque suponga que sus jugadores se van a intimidar o porque crea en las masas o en las hordas. Lo quiero ver rojo, porque es lo que se merecen los nuestros, porque es la ocasión para reunirnos, porque es de justicia para con una campaña espléndida, porque nos merecemos celebrar y abrazarnos en nuestra casa, sea que nos quedemos o no con la copa de campeón.
Quiero que Santa Laura se tiña de rojo, porque sé que eso significará que han vuelto a su casa miles de hinchas que ni siquiera llegaron con la Unión en el tope de la tabla. Quiero el Santa Laura en tono rojo porque estoy seguro de que la lucha por jugar en nuestra cancha vale la pena, porque estoy seguro de que la única manera de sacar a los indeseables de los estadios es llegando nosotros primero a ocupar nuestros asientos.

La valeidosa prensa
Sabemos que fue la prensa la que se engolosinó con la idea de que Unión Española era "el Barcelona de Chile". Por ello sorprende que caigan en su propia trampa ahora que el equipo se ha encontrado con los escollos más duros del torneo y no ha podido mostrar el juego exquisito que consiguió en algunos partidos.
Nadie pretendería escuchar comentarios que hablen de una Unión que deslumbra con un juego mágico, pero tampoco es justo que se caiga en los argumentos falaces -como los de Markarián- en la tónica de que los hispanos jugaron poco menos que a la defensiva, mezquinamente, "ratoneando".
¿No hay ningún periodista capaz de entender y transmitir que el juego de Unión, que el esquema abierto de los hispanos es precisamente la clave que explica por qué los equipos rivales de mayor nivel llegan a inquietar el arco de Limenza mucho más a menudo que los de mitad de tabla hacia abajo?
¿No hay algún experto capaz de enfrentarse a Don Marka o al Fantasma o al que sea, diciendo que es muy distinto un equipo que cuando pierde la pelota marca en bloque pero en zona (dejando venir al rival) y se las arregla para salir jugando siempre con tres o cuatro en ataque, que un equipo que se cuelga del travesaño con nueve jugadores que no pasan nunca la mitad de la cancha?
Bueno, qué más da. Así no más es. El juego de Unión es tan enfocado en el arco rival, que prefiere dejar la puerta de la cocina abierta antes que renunciar a la posibilidad de ganar.
Yo soy de los que ha aplaudido esa actitud todo el año y lo sigo haciendo. Y lo haré incluso si no nos quedamos con la corona del Apertura, porque estoy seguro que es la manera más hermosa de hacer y ver fútbol, y porque estoy muy seguro también (a diferencia del majadero de Toño Prieto) de que eso no tiene nada que ver con no saber defender con dientes apretados cuando es necesario.
¡Vamos, Unión!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hugo:

Oye, amigo, buenos saludos en Cooperativa, y la carta de El Mercurio. Notable. Ese es el ánimo del confiado pueblo hispano.

Hoy, ¡Vamos por el título! Se acabaron las especulaciones.

Saludos, y nos vemos donde la Sra. Carmen jaja.

El Quijote.

Álvaro dijo...

Universidad de chile puede resultar un justo vencedor, eso queda para cada uno, pero no se engañen por lo que vieron y por lo que comentan nuestros periodistas “imparciales” deportivos, ya que hablan de una U que siempre propuso, que siempre ataco, que siempre pretendió ganar, eso es lo cuestionable para mi, para quienes fueron al estadio pudieron apreciar cosas que la TV no muestra y que menos hoy en los diarios saldrán a destacar, como por ejemplo que Universidad de Chile funciona de una manera pragmática, cuadrada y estructurada, además de jugar con uno menos que es Ángel Rojas, cero futbol, es simple ejemplificar el juego de la U en dos simples puntos que resumen su juego:

1. Saque de fondo de Pinto, cabezazo de Olivera y a de ahí a lo que salga, si le cae a Montillo van para arriba en alarde individual del mencionado, ahí puede pasar cualquier cosa.
2. Estrada (quien se cree el nuevo Divo del futbol chileno) baja a buscar a terreno propio y pelotazo a la orilla en busca de Hernández quien busca al árbol estacionado en el área rival.

Si Unión se vio mesquino es porque simplemente nunca renuncio a jugar al futbol a llegar tocando y a elaborar jugadas, obviamente se va a ver mas ofensivo un equipo que siempre la tire hacia arriba buscando cualquier cosa, cabezazo, maniobra individual o lo que salga, así jugo la U y así se vio en el estadio, lo que digan los demás es puro cuento o sólo se quedan con lo que muestra la TV y con las pelotudeces de los llamados “comentaristas”.

Me da lo mismo lo que digan, es verdad NO SE PERDER, me da igual, Unión es mucho más grande que todo lo que mostró ayer, hay algo que no se gana con un campeonato como es el compromiso de los jugadores, el TÉCNICO, la gente, un ESTADIO, la tradición y el BUEN FUTBOL, igual que Huracán Unión murió con la suya, jugando al futbol y no al pelotazo de mitad de cancha hacia arriba y como dijo Bielsa en Toulon: “dos líneas de cuatro y tirarla para arriba, ESO NO ES FUTBOL”

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