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viernes, 3 de julio de 2009

El derecho de jugar en casa

Como hincha de Unión Española apoyo plenamente las decisiones del club de jugar en nuestro estadio y las medidas que definen un cupo restringido para los hinchas visitantes y protegen la seguridad del espectáculo.

1. Por reglamento, la final de campeonato se divide en dos. De la primera es dueña la U. de Chile y de la segunda, Unión Española. Cada cual tiene el derecho de jugar ese partido en su estadio y ante su gente.
Es cierto que la hinchada de la U es más numerosa (y digamos también que harto más problemática) que la de Unión, pero eso no significa que todos los demás equipos deban ajustarse a los intereses de la hinchada azul. Es falaz el argumento de los dirigentes de la U en cuanto a que para el segundo partido de la final se debiera buscar el estadio más grande que se pueda, lo que curiosamente coincide con el estadio en que regularmente juega la U. de Chile.
¿Ha reclamado alguna vez la U cuando en el Monumental se restringe a su hinchada en un espacio para sólo 5.000 personas? ¿No quedan acaso muchísimos “azules” sin ver el partido en vivo?

2. En todas partes del mundo, los equipos que juegan de visita se someten a esa circunstancia, porque eso, entre otras cosas, permite el fortalecimiento de todas las instituciones y no el monopolio de los más grandes.
Si, según los dirigentes de la U, incluso el Nacional se hace chico para recibir a todos los hinchas azules que quieren ver la final, ¿por qué no se consiguen el Maracaná para el sábado? ¿por qué no construyen su propio estadio con el aforo que les parezca justo para su hinchada?

3. Es inconcebible que la dirigencia de la U justifique la violencia y los desmanes de sus hinchas, los que pretendían comprar entradas que no les correspondían. Eso ha contribuido a que su hinchada no respete las reglas del juego, las reglas de la más básica convivencia: cuando yo voy de visita a una casa, respeto las normas de mis anfitriones. Si no me gustan, simplemente no voy.

4. Unión Española tiene todo el derecho de segregar a las hinchadas en su estadio, a regular la asistencia al espectáculo mediante el precio de las entradas, a impedir el acceso de hinchas a tribunas destinadas a adeptos del equipo rival, a desalojar a quienes no cumplan con esas mínimas normas de cortesía y a jugar sin público si fuera necesario, siempre en aras de defender la justicia deportiva y el derecho a ser local en nuestro estadio.

1 comentarios:

Álvaro dijo...

Muy buena nota, es de considerar que es esto no es ningún atropello ni nada parecido, es sólo el derecho de querer ser más locales que nunca, en ninguna otra parte del mundo se hace tanto alarde por esta situación, ni los hinchas de River, Racing, Independiente o cualquier otro equipo reclama por algo así, ya que es parte de las reglas del juego, será que a este equipo nómade le molesta esta situación porque de local sólo conoce el Nacional en arriendo, si tuviera un estadio propio y si supiera lo que significa jugar de local entendería de lo que estamos hablando, hasta que eso no ocurra, seguirán siendo nómades y se sentirán con el derecho de estar donde no les corresponde.

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