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miércoles, 6 de mayo de 2009

Més que un club


En los últimos días se me han venido cruzando el FC Barcelona y la Unión Española. Resistí por un momento largo las ganas de escribir algo, pero las declaraciones de nuestro DT me han empujado definitivamente.
Dijo don Luis Hernán que le gustaría que Unión Española jugara como el Barça. ¿Y a quién no? Es un lindo sueño, casi una utopía, pero dicen los “entendidos” que son justamente esas grandes aspiraciones las que terminan con grandes logros. Yo, por cierto, me sumo gustoso a la quimera, aunque permítanme el atrevimiento de creer que la Unión Española de Chile tiene mucho del FC Barcelona. Y no hablo del juego, de la plantilla, del arrastre popular o de la infraestructura. Digo que creo y quiero creer que nuestra Unión, así como los blaugrana, es “més que un club”.
Muchos seguramente me dirán que no hay equipo que no sea algo más que un club de fútbol y que basta con ver a los hinchas de todos los colores (sobre todo los barrabravas) para intuir que en el estadio se juega, domingo a domingo, algo más que un mero partido de fútbol. Para muchos el deporte de los pies es una oportunidad de tomarse una revancha con la vida, una excusa para cambiar las penas por alegrías, un pretexto para el encuentro de grupos irreconciliables, etc, etc, etc. Todo eso es cierto y bastaría para asegurar que todos los equipos del mundo son más que un club. Sin embargo, creo que son pocos los clubes en el planeta los que asumen realmente la convicción de ser más que un club, los que –aun sin declararlo explícitamente– transforman ese eslogan en un verdadero leit motiv, en una profesión de fe. El Barça es uno de esos y la Unión Española de Chile es otro. Al menos eso creo yo.
Leía las declaraciones de jugadores, técnico y dirigentes blaugranas tras el partido ante el Madrid y no dejaba de llamarme la atención la dimensión que daban a su victoria arrolladora. El gran Xavi hablaba de la “justicia deportiva” del triunfo, mientras el presidente lo calificaba como “un triunfo estético” de un equipo que se mostró “fiel a su filosofía”. Y cerraba sus declaraciones el mismo Laporta con otra frase notable: “nosotros hemos sabido ganar y ellos perder”.
Creo que son esas las dimensiones en las que el gran cuadro catalán y nuestra lejana Unión Española se emparentan. O por lo menos, creo que esas son las más importantes razones por las que ambos equipos se me han metido en la piel, en el corazón.
Hay una impronta en ambos clubes que los sitúa más allá de la simple institución deportiva. Hay una filosofía que, aunque no esté escrita, se vive y se transmite día a día. El Barça lleva consigo, nadie sabe bien cómo y por qué, el alma de Catalunya. Hay en el equipo culé, esa elegancia tan catalana que el viejo Ortega y Gasset ha sabido explicar como el arte de “elegir hacer lo que hay que hacer”. Es esa elegancia la que sustenta la idea de Laporta de que hay una filosofía que no se debe traicionar, aunque el fútbol (tan impredecible como la vida) premie sólo algunas pocas veces con la justicia de un triunfo como el que regocija a Xavi. Hay en el Barça –y creo que también en nuestra Unión Española– esa convicción de que, la mayoría de las veces, los partidos mal ganados reconfortan menos que los bien perdidos, ese convencimiento de que hay que ser dignos incluso de las derrotas, y esa certeza de que no hay atajos ni dobleces en el camino hacia el triunfo.
Yo al menos veo y busco cosas parecidas en Unión. La Unión mantiene el alma hispana, tiene el fuego, la pasión y la sensibilidad de una raza transplantada a América y a Chile. Se nota, se siente, se quiere. Pero Unión es también –y sobre todo en estos últimos tiempos– de esos clubes que defienden convicciones, que respetan su filosofía hasta que duela y que enfrentan la vida y el fútbol con la elegancia debida de las buenas personas. Es, creo yo, de esos clubes que saben que la justicia deportiva se sienta pocas veces a tu mesa, pero que no están dispuestos a vender el alma para conseguirlo.
Quizás por eso es uno de los clubes más queridos de Chile. Quizás por eso es que lo llevo en la sangre. Quizás por eso tengo el deseo de que este semestre levantemos la copa de campeón con la propiedad indiscutida que no disfrutamos (al menos yo) en 2005. Quizás por eso, si no somos campeones, sabremos abrazarnos al orgullo de haberlo, al menos, merecido. Quizás por eso recordamos con indisimulada satisfacción la estrella conseguida con los “pollos de Santa Laura” en 1941, a puro ñeque, con los de casa, con los que llevaban los colores en las venas. Quizás por eso hemos sabido renacer no pocas veces de las cenizas. Quizás por eso, aunque parezca ridículo, nos merecemos haber encontrado a Luis Hernán Carvallo.
Yo no sé cuántos más piensan lo mismo que yo. Tampoco sé cuántos prefieren ganar a toda costa, a como dé lugar. No desconozco tampoco que ha habido momentos y personas grises en Unión, como en la vida. Pero creo firmemente que, al final del día, al momento de arreglar cuentas con la vida, Unión tiene y ha tenido un saldo muy a favor que le permite caminar con la certeza de parecer y, sobre todo, de ser mucho “més que un club”.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Refleja justamente lo que muchos sentimos por Unión, y que es lo que nos ha animado a comprometernos firmemente con su futuro.
Un cordial saludo,
Jorge Segovia

Anónimo dijo...

¡Hugo!:

Tremendo, amigo. Has recibido un comentario de relevancia institucional. Ahora, no sé si será verdad o broma, pero, de igual manera, es significativo que de ser cierto lean tu espacio. Felicitaciones, amigo.

Respecto a lo que planteas, me parece que tienes toda la razón. Unión es como una familia, más que un equipo de fútbol. Es "esa cosa" que sientes cuando entras a la tribuna, miras la cancha, los jugadores, el público... en fin. Son muchas cosas.

Gracias por el escrito, amigo mío. Y nuevamente, felicitaciones por la ilustre visita que has recibido. Sólo espero que no sea producto de un ocioso.

Saludos,

El Quijote.

Anónimo dijo...

Gran comentario maestro, sintetizxa muchas de las cosas que sentimos y expresamos por este equipo. Me recuerda la tremenda decencia que nos dejó además Don Julio, cuando dijo Santa Laura NO. Y el equipo y la institución tampoco.
Profundamente orgulloso de formar parte de Unión.

Zeppelin
Saludos desde Temuco

HUGO ARIAS V. dijo...

Hola a todos.

Hola Quijote, lector fiel.
Yo tampoco he sabido durante muchas horas si creer o no en la firma del primer comentario, pero qué diablos, pensemos lo mejor: que nuestro presidente se preocupa tanto por lo que piensan sus hinchas y lo que pasa con Unión que lee hasta los blogs más recónditos del ciberespacio.

Y Zeppelin, tienes toda la razón.

Union Española (blog no oficial) dijo...

Espectacular que el presidente comento en tu blog, en todo caso lo que escribiste es lo que muchos sentimos por Unión.

Un saludo.

(Siempre es bueno leer este blog y el del Quijote)

HONORINO dijo...

Extraordinario

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