Lo que más echo de menos en Unión

Así como algunos echan de menos un central "de categoría" y otros echan de menos más público en Santa Laura (dos temas que ha puesto en la mesa en estos días nuestro amigo El Quijote), yo también quiero manifestar lo que echo de menos en Unión al cabo de estas ocho fechas.
Una mención casi obvia por estos días es extrañar a Braulio Leal, cuya ausencia creo que se notó mucho en Calama y que seguramente se sentirá también frente a Colo Colo este sábado. Pero, ya está dicho, eso es muy obvio.
Echar de menos al "Coto" es comprensible también y probablemente coincidrán muchos conmigo en que es casi un deber de un buen hispano, aunque sabemos bien que hay que aprender a jugar sin Sierra. Por ello no puede, su ausencia, ser hoy una de nuestras preocupaciones centrales.
Echar de menos a Aravena o echar de más a Canales ya es una cuestión puntual y, aunque me parece entretenido discutir por uno u otro jugador, creo que ese debate se produce casi por inercia, en la casa frente al televisor, en las gradas de Santa Laura, en el café, en el bar, donde sea.
Me preocupa sí sobremanera y echo de menos con todas mis ganas, que nuestro esquema de juego con punteros abiertos y tres hombres en punta se traduzca de verdad y como una constante en desbordes desequilibrantes, en centros letales y en goles. Creo que frente a Huachipato funcionó así el equipo, pero me parece que en el resto de los partidos esa fórmula se ha ido desdibujando. Y me preocupa, porque creo que es fundamental si queremos sacar los frutos esperados del esquema de Carvallo.
Hace algunos días aproveché todos los momentos que tuve para ver los partidos de la Champions League. ¡Uf! ¡Qué calidad de centros! ¡Cuánto desborde realmente punzante! ¿Vieron los goles de Liverpool? ¿Vieron al Barcelona? Ok. Es otra realidad, pero quiero que nos quedemos con el concepto.
Mientras nosotros acá machacamos con centros llovidos, tirados en diagonal desde el vértice del ártea, desde allá nos deleitan con tiros rasantes, desbordes hasta el fondo y pases atrás ("pases de la muerte"), centros potentes al corazón del área chica para la arremetida de un delantero.
Insisto, Unión jugó así frente a Huachipato. ¿Qué pasó después? Y ojo, no digo que todo tiene que ser centros rasantes o que no pueda haber pelotas llovidas al área; digo que tiene que haber una mezcla que hoy no existe porque nos hemos acostumbrado o conformado con buscar el cabezazo de Canales. Y, la verdad, no sé si con eso nos basta.
Creo que he llegado a entender que mi problema con Canales no es su juego, no es que no haga más goles, sino que genera en el equipo una manera de jugar que creo que nos atrofia un poco, que nos rigidiza, que nos monotoniza, que nos quita frescura, que nos resta vértigo y que nos limita en variantes de juego.
Si Carvallo logra corregir todo eso con Canales en la cancha, yo no tengo problemas. Lo que sí me parece injusto es que Aravena, nuestro goleador, no tenga la oportunidad que se merece.