Con el corazón apretado se nublan las ideas

Creo que la actuación de Unión Española en Copa Chile, al menos este año, estuvo marcada por la anunciada despedida de José Luis Sierra. Quiéranlo o no los jugadores, la idea de llegar a la final como homenaje al gran capitán fue una carga difícil de administrar y anoche en el "monono" estadio de La Florida se notó.

Creo que si hubiéramos aguantado un poco más con la ventaja tempranera y esperanzadora que nos regaló la zurda mágica del Coto otro gallo hubiera cantado, pero la reacción fulminante de Universidad de Concepción (que aprovechó todas las licencias de nuestra defensa) puso al equipo frente a la posibilidad cierta de la eliminación y de la partida definitiva del Coto, lo que apretó los corazones y nubló las ideas.

Jugando con el resultado a favor, la U penquista dejó que los rojos hicieran el gasto del partido, pero nuestro equipo no tuvo la claridad del domingo para buscar el arco rival y abrir una defensa que se cerró como ostra para apostar al contragolpe. Estévez, por ejemplo, se cerró a la idea de buscar por la banda izquierda en el segundo tiempo; abusamos del centro a la olla en busca de Canales y perdimos infinitas pelotas chocando con la defensa bien parada de los sureños cuando intentamos romper su zaga por el centro. La marca sureña, además, nos asfixió a la hora de crear en el medio y terminamos perdiendo muchas pelotas en el centro del campo, dejando nuevamente a la defensa a merced de las contracargas rivales.

En defensa, la altura de Lafatigue desnudó todas nuestras falencias por alto (nos ganó todos los cabezazos en el área), ya sea en los centros o los tiros de esquina o en las entradas a las espaldas de Madrid y Núñez. Ampuero, nuevamente, fue el elemento más frágil de la zaga, tanto para defender como para salir jugando.

En fin, con el correr de los minutos del segundo tiempo, Unión se fue desesperando y ofuscando, lo que nubló todavía más las ideas. Estévez se empezó a preocupar más de los choques con los defensas; Leal bordeó en el descontrol y perdió muchos balones más que lo recomendable; Aravena se perdió chocando contra el muro del campanil y Canales no encontró nunca el arco.

La ilusión se acabó así, de golpe y porrazo. Ahora sólo queda dedicarse al Apertura con todas las fuerzas y hay que hacerse a la idea de que el Coto colgó los botines.