Salvador Calera, el renunciado y reasumido presidente de Unión Española, explica que no se irá mientras no solucione la quiebra en la que acaba de caer su club.Y asegura que la oferta de Joaquín Lavín y un grupo de empresarios para tomar el control del club a cambio de 2,5 millones de dólares "se ha detenido mientras no resolvamos la situación legal de Unión. Si la quiebra sigue a firme, trataremos de llegar a un acuerdo con los acreedores en el corto plazo".
Por otra parte, Calera y el abogado Eduardo Godoy se presentaron ayer en el 18º Juzgado Civil de Santiago para realizar dos trámites con el fin de alzar la bancarrota: primero documentaron 16,2 millones de pesos ante el tribunal, que es el monto que exige el demandante que solicitó la quiebra, el ex dirigente Celso Gutiérrez; además, Calera y Godoy se reunieron con el juez Juan Polanco para presentar un recurso de reposición que permita levantar la quiebra.
El magistrado podría entregar hoy mismo una resolución. Documentado el débito con Gutiérrez, los hispanos esperan demostrar que son improcedentes las otras obligaciones establecidas en la solicitud de quiebra, ascendentes a casi 47 millones de pesos (ver recuadro).
Más allá de las tramitaciones legales, una cosa es segura: si hasta hace una semana la oferta de Lavín era el único camino que se avizoraba en el horizonte de los hispanos, hoy asoma como una posibilidad mucho más debatible en el seno del golpeado club de colonia.
Una fuente de la institución confesó que "no se ha hablado más con Lavín ni corresponde hacerlo en este nuevo escenario, por la situación de quiebra y porque quizás a él ya no le interesa tanto este proyecto. El tema está totalmente congelado".
El propio Calera reconoció ayer que incluso levantándose la quiebra es posible que finalmente se defina que Unión no se venda al grupo que lidera el ex candidato presidencial. "Nuestra colonia está haciendo un listado con gente interesada en comprar acciones, y a lo mejor hacemos un fondo que equipare el dinero de la oferta". Otra opción es plantear un negocio con un porcentaje accionario menor al 80% que pretendía adquirir Lavín.
Por último, Calera admitió que en torno a Lavín "no hay una visión unánime, y sobre todo en la barra, lo que quedó de manifiesto la semana pasada en Santa Laura. Por eso, esto se va a detener hasta que la colonia decida qué hacer".
DEUDAS SUPERAN LOS $ 60 MILLONES, PERO SE ALEGA IMPROCEDENCIA
La deuda con el ex dirigente Celso Gutiérrez, de $16,2 millones, no es la única consignada en el fallo del juez Juan Polanco, titular del 18º Juzgado Civil.
Y es lógico. Para solicitar la quiebra de una corporación se requiere de tres obligaciones incumplidas como mínimo. Y de acuerdo al fallo de primera instancia, además del débito de marras, se hace mención a otras tres cargas: una con el ex funcionario Juan Calvo Pizarro, radicada en el 8º Juzgado del Trabajo de Santiago, por $29.289.866. Otra asciende a $14.488.740 y corresponde a AFP Habitat (2º Juzgado del Trabajo de Santiago, año 2004) y una última, por $2.945.259, que se mantendría con Parques Hernán Johnson S.A., según consta en el 10º Juzgado Civil de la capital (de 2006). Total: 62 millones 923 mil 865 pesos.
En el club alegan que todas estas deudas son improcedentes, no obstante documentaron igual ante el tribunal la suma requerida por Celso Gutiérrez.
En cuanto a las demás, una fuente explica que "no proceden, ya que tenemos cómo demostrar que están canceladas".
Incluso, trascendió que el propio Gutiérrez, afamado dentista capitalino, quedó satisfecho con la consignación del dinero por parte de Unión.
Sin embargo, en el primer fallo, el juez Polanco validó las demás deudas, argumentando que efectivamente existen más de tres títulos ejecutivos vencidos. Incluso, el magistrado pone como antecedente que en el débito con Calvo, no le consta al tribunal que el club haya llegado a un acuerdo de pago, como se afirma.
El Mercurio
10 de abril de 2007
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