Una oportunidad para la nueva savia roja

Las razones pueden ser variadas, pero poco importan ya a estas alturas. El caso es que en 2007 se abre la puerta para que los jugadores nacidos en Unión Española se hagan un espacio en el primer equipo en busca de la gloria personal y en defensa de los colores que los han formado en el fútbol profesional.
Cómo quisiéramos tantos hinchas hispanos que se repitiera la historia de 1943, aquella de los "Pollos de Santa Laura" que se encaramaron en la historia bordando la primera estrella en los estandartes de Unión Española. Cómo quisiéreamos soñar tantos adictos hispanos que nuestros cabros se visten de gloria sin más armas que el buen fútbol y el amor por la camiseta. Cómo desearíamos tantos fanáticos rojos que José Luis Sierra llenara de magia a una generación entera de canteranos para poner a la Unión Española, a esa pasión que nos carcome las entrañas, nuevamente en lo más alto del fútbol de Chile y de América.
En fin, cómo nos abrazaríamos si al final del año la prensa, como en 1943, dijera que “ha sido el triunfo de la camaradería y el sacrificio; el triunfo de la paciencia y el buen criterio; el triunfo de la devoción y el cariño de una familia que se ha cobijado bajo el manto de los colores queridos; el triunfo de la cancha propia".