Unión no sale del hoyo

Unión Española no ni siquiera para cábalas, así que aquello de que equipo que cambia de técnico gana (o al menos no pierde, como han acomodado algunos) no tuvo ningún eco en Santa Laura el sábado.
Los rojos salieron con otra actitud, es cierto, y eso obliga a creer que en las próximas presentaciones irán mejorando, pero aún muestran deficiencias que explican por qué están tan al fondo en la tabla. Deficiencias que además se explican por rendimientos personales que en algunos casos rayan en lo deplorable. Porque, hay que decirlo, algunas "figuras" de Unión lisa y llanamente no dan pie con bola.
Héctor Tapia, por ejemplo, corrió como nunca lo hizo con Carvallo y abandonó la cancha sin haber tenido trascendencia alguna. Francisco Rojas intentó ganar puntos corriendo por su banda y mostrándose en ataque, pero en defensa, que es su función, dejó el mismo boquerón de siempre y fue él quien abrió el camino para el gol de los itálicos. ¿Y Villagra? La verdad, no vale ya la pena gastar comentarios en lo que ha sido la más paupérrima de las contrataciones hispanas este año.
Así y todo, Unión se plantó sin mayores complejos frente a Audax Italiano, un equipo bien armado, más aun considerando que la formación roja incluía tres juveniles desde el inicio. Pero los rojos no consiguieron mostrar contundencia, y su juego, por momentos de buen manejo de balón, se perdía en las inmediaciones del área y nunca logró poner de cabeza a la defensa de los visitantes.
Si los verdes hubieran apurado realmente, quizás la defensa hispana hubiera mostrado más fisuras, pero con el trámite del sábado, incluso se pudo apreciar un buen desempeño del joven Christian Sepúlveda, el mejor de los chicos debutaba con el primer equipo. Es un central espigado, con presencia y personalidad para ordenar la defensa, con velocidad para el cruce y con muy buen criterio para salir jugando cuando se puede o despejar rápido cuando el peligro es inminente. El otro debutante, Daniel Esparza, cumplió bien defendiendo, pero nunca se atrevió a escaparse en ataque, algo que sí mostró su reemplazante Fernando Cordero (también juvenil) ya entrado el segundo tiempo.
La otra sorpresa agradable fue el ingreso en el segundo tiempo de Isaías Peralta, un mediocampista de buen manejo y encarador (por el centro del campo) que le cambió la cara a un ataque de Unión que mezquinó chispa y precisión durante toda la tarde con la flojas actuaciones de Vidangossy, Gutiérrez, Tapia y Jara.