Remezones

De vez en cuando un zamarreo viene bien. Pregúntenle al gobierno si no.
Uno quisiera que las cosas funcionaran siempre como corresponde, que los jugadores fueran lo suficientemente profesionales para dar lo máximo sin necesidad de presiones. Pero las cosas parecen no operar así ni en el fútbol ni en ninguna actividad humana. Entonces para que las cosas cambien se necesitan quiebres como el de ayer en Santa Laura, se requiere un golpe bajo, como la salida del técnico, para que los jugadores entiendan que el futuro hay que labrarlo día a día y sudando la gota gorda como si fuera el último esfuerzo.
Yo, la verdad, soy de los que lamenta la partida de Carvallo, a pesar incluso de la crítica que me merezca su tosudez para poner a jugadores que claramente no le rindieron nunca. Me gusta el buen fútbol que promueve Carvallo y lo voy a echar de menos. Me gusta su seriedad y su decencia. Pero no es hora de viudeces que no conducen a nada.
Hay que mirar adelante y esperar que el nuevo DT ponga contribuya a poner orden. Que los "regalones" que creían tener un puesto seguro empiecen a pelear por la titularidad; que los que se creían "cortados" retomen el trabajo con confianza; que los jóvenes vean una posibilidad de ganarse un puesto y que los viejos revivan y sean los líderes que el equipo necesita.